Frontera entre México y Estados Unidos. Archivo.


La Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, comenzó a trazar su nueva estrategia para abordar las causas de la crisis migratoria en Centroamérica dos meses después de que la vicepresidenta, Kamala Harris, visitara la región.

Varios altos cargos del Gobierno desvelaron los principales puntos del nuevo plan, que incluye tomar medidas para reducir la desigualdad y la inseguridad económica, además de combatir la corrupción, impulsar el respeto a los Derechos Humanos y prevenir la violencia, al tiempo que buscar hacer frente a la violencia machista y la trata de personas, tal y como recoge un comunicado de la Casa Blanca.

"Para que esta estrategia tenga éxito tenemos que tomar fuertes medidas y trabajar sin descanso durante un largo periodo de tiempo", indicó en condición de anonimato un alto cargo, que agregó que el enfoque "debe ser duro para que tenga un impacto sobre las personas que están sufriendo tanto en la región".

La decisión del Gobierno tiene lugar tras meses de incremento en el flujo migratorio a través de la frontera entre México y Estados Unidos.

La gravedad de la situación llevó al presidente a encargar una nueva estrategia para Centroamérica en un intento por frenar la crisis.

Ahora, la Administración está analizando las medidas puestas en marcha con anterioridad para hallar los "puntos fuertes" de la política estadounidense y establecer las áreas a "mejorar". Para ello, las autoridades han puesto en marcha consultas con varios países de la región, incluidos representantes de la sociedad civil.
Tenemos por el momento el compromiso de los gobiernos de México, Japón y Corea, además del de Naciones Unidas, para que ayuden a Estados Unidos a abordar la situación en la región". ha señalado la vicepresidenta Kamala Harris.

Así, indicó que "la Administración está trabajando con fundaciones y ONG para acelerar los esfuerzos en Centroamérica", según declaraciones recogidas por la cadena de televisión CNN.

Desde marzo, Estados Unidos ha destinado unos 250 millones de dólares (unos 210 millones de euros) en ayuda humanitaria y ha donado más de 10 millones de vacunas contra la COVID-19 al llamado Triángulo Norte, del que forman parte países como Guatemala, El Salvador y Honduras.

El pasado mes de junio, la Patrulla Fronteriza detuvo a más de 50.000 familias de migrantes, un aumento respecto a los 40.815 del mes de mayo, según datos del Gobierno estadounidense. Esto ha llevado al Gobierno de Biden a anunciar un aumento de las deportaciones de algunas familias de migrantes que llegan a la frontera con México.